¿Qué hacen ahora los Tupamaros?


¿Qué hacen ahora los Tupamaros?

                                           

Algunos pensarán al ver el título, que esta nota se iría a referir a los mediáticos miembros del gobierno actual, los ministros, el presidente y/o varios representantes del MPP, a sus idas y venidas, a sus agachadas ante el imperialismo y sus empresas multinacionales, ante su claudicación frente a los reclamos de justicia y de contra la impunidad, ante su entrega brutal de los recursos nacionales, ante la extranjerización2 y la concentración de la propiedad de la tierra1 que siguen promoviendo3, ante la contaminación de las plantaciones de soja transgénica que favorecen....

                                          
Pues no. Esta nota se va a referir a los tupamaros anónimos, a los que son herederos de los que soportaron la tortura salvando todo lo que sabían o salvando algo de lo que sabían para salvaguardar a otros compañeros, o a algún local o algún contacto en que los militares pudieran capturar a otro militante, lo que les equivalió a mantener su propia continuidad en tanto seres humanos, mantener lo más íntimo de su personalidad en desafío al maltrato brutal de los violadores de los derechos humanos.

¿El MLN actual es tupamaro?El MLN actual es un núcleo muy restringido, anquilosado, compuesto de una pseudo élite de “cuadros” entre los cuales se cuentan varios ministros y dirigentes políticos del gobierno actual y que cuenta como dirigente al histórico Julio Marenales.
El obvio apoyo del MLN actual a este gobierno lo está alejando del concepto clásico de tupamaro como criollo rebelde, luchador por la liberación nacional, lo que en algún momento se resumió en el término antiimperialista.
Los militantes que seguían en la línea histórica fueron sistemáticamente congelados fuera del actual MLN. Resulta bastante obvio que de éste fueron barridos los viejos y vigentes principios  para ser convertido por los actuales gobernantes ex guerrilleros y por el resto de sus dirigentes en un engranaje de la máquina electoral cosechadora de votos, una vez vaciado de sus contenidos primigenios y de sus militantes de base.


                                        

El principal representante moderno del concepto de tupamaro, Raúl Sendic, llamado el Bebe por quienes lo veneramos, se escindió del MLN poco antes de su muerte, en gran parte debido a las desviaciones ideológicas de esta organización y a los intentos de sus dirigentes de radiarlo del mismo. Sendic se distanció palpablemente de Mujica, a golpes, en un episodio conocido.
Ésto llevó naturalmente a los tupamaros orientales modernos a enfrentarse con la represión y la opresión. Ése es el carácter que define a los tupamaros en el imaginario popular uruguayo.

El tupamaro es por definición enemigo nato de las fuerzas represivas.
Ése es el carácter que llevó sin duda al actual presidente de la república a encaramarse al sillón presidencial y a calzarse la banda que le regaló su amigo cuyo nombre se encuentra en la lista aparecida recientemente sobre las 120 personas súper ricas de Uruguay.
Por medio de una prestidigitación del tipo de la mosqueta clásica los dirigentes pretenden ahora hacer tragar a los militantes de base del MPP/MLN la fábula fantástica de tomar partido en contra de la reducción del presupuesto militar, o bien tratan de ocultarles esta posición, impuesta en las instancias decisivas al congreso6.

                        

El gobierno actual no es tupamaro
El gobierno actual, representado por su máximo líder el presidente Mujica está contrapuesto a la política de liberación nacional y aun aliado y obsecuente con las fuerzas armadas.
En primer lugar, tolera y hasta promueve la impunidad de los criminales de lesa humanidad tratando obviamente de enfriar la lucha contra ella.

Esto se ha visto claramente primero en el episodio de Mujica solicitando a los legisladores que no votaran por la ley de anulación propuesta por todas las instancias del Frente Amplio y por su programa. Se vio luego en el episodio parlamentario en el que Semproni desacató el mandato de dichas instancias de la coalición. Si es que Semproni no gozara del apoyo tácito del MPP y por ende, del MLN, ¿por qué entonces fue apoyado luego por los mismos ante el Frente Amplio?
El propio presidente ha repetido hasta el cansancio que desea que los “viejitos” terminen de cumplir su sentencia en prisión domiciliaria, aludiendo a los criminales de lesa humanidad, no conforme con los privilegios de que gozan en las prisiones favorecidas en las que se encuentran actualmente. Su visita a Dalmao, procesado por su responsabilidad en la muerte de la militante del PCU Nibia Sabalsagaray no ha hecho más que subrayar su actitud conciliatoria.

                                

No hablemos del ministro de defensa, el inefable Eleuterio Fernández Huidobro, que obviamente en la línea del presidente, primero promueve el envío de tropas uruguayas a Haití en abierta controversia con Hugo Cores4 y con los sectores populares, luego defiende a los ahora procesados militares por la muerte del químico chileno Berríos extraditados a Chile, luego sigue en contra de la anulación de la ley de caducidad, luego apoya a Dalmao y a Juan Carlos Gómez(a quien logra hacer excarcelar) y actualmente hasta fomenta y logra conseguir curros para las fuerzas armadas, no conforme con que las mismas cuentan con los inconstitucionales recursos de marina mercante, aviación civil, meteorología y parques nacionales, rapiñados durante la dictadura.

Como frutilla en la torta se ha sabido por el Gral. Víctor Licandro5 que Huidobro llegó hasta a proponer enviar tropas uruguayas a Irak "argumentando que sería una actitud patriótica y que ello lo establecía la Constitución de la República".
El gobierno actual tolera y promueve las actividades de las empresas multinacionales de fabricación de pasta de celulosa, llegando a conceder cláusulas secretas en el contrato de la empresa Montes del Plata, dominada por las compañías Enso, finlandesa, la sueca Stora y la chilena de capitales norteamericanos Arauco.
También tolera la propiedad mayoritariamente argentina de las empresas sojeras, propietarias de 1.200.00 hectáreas de soja transgénica fumigadas con agrotóxicos como el glifosato prohibidos en algunas partes del mundo e indudablemente nocivos para la vida humana.
El gobierno soporta o promueve la propiedad extranjera de los frigoríficos, ahora mayoritariamente en manos de capitales brasileños.
Todos estos factores mencionados anteriormente determinan un rumbo gubernamental claramente contrapuesto a la idea de liberación nacional y, por lo tanto, a la idea de tupamaro.

Internacionalidad del concepto de tupamaro
Como hemos dicho, el concepto de tupamaro fue acuñado por los colonizadores españoles a partir de la Gran Rebelión acaudillada por el inca Tupac Amaru.
Este movimiento de liberación promovía la independencia de España y la abolición de todas las formas de explotación de los aborígenes y de los esclavos africanos y su liberación de las cadenas esclavistas.
Este concepto proviene entonces de zonas de Perú, Bolivia  y Argentina  pertenecientes a los virreinatos del Río de la Plata y del Perú y es aún reivindicado en otras partes de América Latina.
Tupamaro es desde el origen del término todo criollo rebelde, luchador por la liberación nacional. Esto no se debe circunscribir a las fronteras de nuestra república.

                                  

Raíces históricas nacionales
Las vibraciones del Grito de Asencio, realizado por un puñado de patriotas con Venancio Benavídez y Pedro Viera “Perico el bailarín” a la cabeza, perfilaron sobre las cuchillas orientales un perfil histórico: el tupamaro de la Banda Oriental. Luego del Grito de Asencio, realizado sobre las orillas del Río Negro en el actual departamento de Soriano, miles de tupamaros siguieron a las fuerzas de liberación encabezadas por Artigas y se enfrentaron con las armas a los colonialistas.
Pero fue durante el Éxodo del Pueblo Oriental en que una multitud de patriotas que siguieron a Artigas demostraron que no eran sólo los hombres armados los tupamaros, sino que extendieron el concepto a todos aquellos que apoyaban sus ideas.
Históricamente los principios orientadores del concepto de tupamaro fueron liberación nacional y enfrentamiento con las fuerzas represivas con o sin armas. Luego Artigas profundizó y definió más la ideología tupamara y la tradujo en términos de democracia y justicia: la soberanía es del pueblo que delega su poder en sus representantes, reforma agraria y federalismo como forma de organización.

El credo tupamaro
No es difícil identificar al programa enunciado por Raúl "Bebe" Sendic como el resumen de lo que quieren los tupamaros.
En este programa la reforma agraria, tierra para los que la trabajan, es un punto fundamental. La mayoría de los tupamaros han aprendido a apreciar la paciencia como valor importante, por lo tanto no piensan en general, que deba ni pueda ser alcanzada de un plumazo.
Pero la concentración brutal de la tierra es justamente lo opuesto y éso es justamente lo que promueve o tolera este gobierno1 de acuerdo con las cifras del censo agropecuario realizado y promovido desde el mismo.
El programa:
UNO:  expropiar sin indemnizar los latifundios, estatizar las propiedades mayores de 2500 hás, pasar a administrarlas con formas populares de gestión y repoblar la campaña con los expulsados de la tierra que pueblan el cinturón metropolitano;
DOS: impulsar un frente latinoamericano de países deudores para el no pago de la deuda externa, considerando que fue un negocio para resolver los problemas del capital ocioso  y que ya ha sido suficientemente pagada con el hambre y la miseria de los pueblos;
TRES: estatizar la banca y los mecanismos de especulación capitalista, para recuperar el dominio de la economía nacional;
CUATRO: congelar los grandes depósitos bancarios para financiar un aumento sustantivo de los salarios (que el ingreso de cada familia alcance la canasta familiar), incentivando de esa manera la demanda interna y creando puestos de trabajo para abastecerla.

Tampoco es difícil interpretar los argumentos en contra de realismo y de actualidad que esgrime la dirección del gobernante MPP/MLN como meras excusas para justificar un giro centrífugo brusco  de los principios tupamaros para adaptarse a las reglas de un neoliberalismo extractivista exportador y, por lo tanto, saqueador de nuestros recursos naturales.
Cuando a mediados de la década de 1960 otro puñado de patriotas adopta el nombre de Tupamaros y comienza a actuar con este nombre, está sin duda reclamando la herencia de los ideales que los tupamaros históricos a partir del Grito de Asencio habían estampado sobre las cuchillas y los cerros y entre el monte y las aguas uruguayas y con los cuales se identificaron y se identifican frente al pueblo oriental.

Los Tupamaros, por medio de sus fuertes vínculos con la lucha de los cañeros y su líder Raúl Sendic “el Bebe”, prohijaron tenazmente la idea de “tierra para quien la trabaja” que lleva a reforma agraria, reivindicación definitoria de la revolución socialista en nuestro país.
El Movimiento 26 de Marzo histórico y los Comités de Apoyo a Tupamaros trasladaron, como en el 1800 el Éxodo, el concepto de tupamaro a ser apoyado por miles de uruguayos que no tomaban las armas, pero coincidían con los principios tupamaros de liberación nacional y por ende reforma agraria.
El concepto de tupamaro se asoció entonces los atributos centrales y característicos de idealismo capaz de arriesgar todo-tortura, prisión, exilio, salud, bienes- por los principios de justicia y por ende reforma agraria como consecuencia del mismo, liberación nacional y enfrentamiento con las fuerzas represivas que custodian los privilegios de los poderosos.
 Todos los uruguayos opuestos a la dictadura y sus procedimientos opresivos-el abuso sistemático, el atropello a las libertades y el sojuzgamiento- tuvieron al ideal tupamaro como su contrapartida, no menos cuanto que los militares ungieron a éste como su principal enemigo.
Luego de la dictadura, no cabe duda de que éste fue un motivo importante para el ascenso político de figuras asociadas con este arquetipo. La gente prefería a figuras asociadas con los principios democráticos, la justicia y el enfrentamiento con el monstruo militar creado antes y durante el período dictatorial.

Traducido a un lenguaje popular bien sencillo, el concepto de tupamaro está asociado al enfrentamiento con las fuerzas represivas con o sin armas.
Pasar de esta posición a la de apoyo a las fuerzas armadas y a sus personeros es un sortilegio mágico verdaderamente asombroso.
Por eso es que una mayoría de los viejos tupamaros de los años 60 y 70 discrepan con la caduca organización MLN y sus más conspicuos representantes gubernamentales, ex guerrilleros arrepentidos, derrotados y culpables, los entreguistas insospechables de los ideales históricos.
Éstos son el regalo que la derecha jamás se atrevió a soñar7. ¿Quienes mejor que ex guerrilleros arrepentidos para pregonar las excelencias del capitalismo..."humano"?

Muchas veces la prensa y la opinión pública califican erróneamente de tupamaros a quienes en realidad representan todo lo opuesto, como el MLN actual y sus referentes más notorios, y aun al ministro de defensa Eleuterio Fernández Huidobro, pese al alejamiento de éste  ya sea del MLN como de todos los principios tupamaros.

¿Qué hacen ahora los tupamaros?
Hay viejos y nuevos tupamaros que se integran convencidos de los principios históricos, de la lucha por la liberación nacional y la justicia social, manifestadas en diferentes objetivos parciales.
Adoptamos como criterio en esta nota no mencionar por su nombre a ninguno, a pesar de que los hay conspicuos y que representan legítimamente el perfil del criollo rebelde. Lo hacemos en gran parte para subrayar la fuerza del colectivo sobre las individualidades, de los principios aglutinantes sobre los hombres.

Muchos se incorporan a la lucha contra la impunidad, con todas sus instancias, por ejemplo la defensa de la jueza Mariana Mota ante su traslado que dificulta y enlentece las muchas causas que ella tenía a su cargo.
Otros están trabajando en contra de la instalación de la mega minera depredadora y de los proyectos e instalaciones a su servicio y/o al servicio de las grandes empresas multinacionales instaladas en nuestro medio.
La mayoría están tratando de crear conciencia contra el imperialismo en favor de los intereses nacionales a su manera modesta, desde diferentes medios alternativos, escribiendo y machacando también en su entorno más inmediato, formando grupos de opinión con amigos, familiares y allegados.
Hay quienes están en el interior, militando en sus pueblos por los principios históricos de los tupamaros.
Otros militan en favor de la salud pública y de sus usuarios más vulnerables.

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